Mi mayor pecado, no dejar ninguno.

sábado, 11 de junio de 2011

Reconócelo.

Reconócelo, nosotros no estamos hechos para las mentiras, ni para las cosas que no queremos que sucedan. Si nos dicen algo que no nos gusta, oímos lo que nos da la gana, tergiversamos las palabras y los hechos como más nos conviene, enrevesamos las cosas como nos viene en gana, no hacemos caso de lo que nos cuentan, y aunque lo veamos con nuestros propios ojos, seguimos negando lo evidente. Nos gusta vivir en la ignorancia, que se vive mucho mejor. Vemos lo que queremos ver, y oímos lo que queremos que nos digan.

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